Seguro que a tu gato le encanta jugar con las plantas que tienes en casa, sobre todo si no tiene nada más que hacer. Además, comer pequeñas cantidades de plantas es un comportamiento natural en ellos, ya que les ayuda a no acumular bolas de pelo en su sistema digestivo. Sin embargo, muchas plantas son de carácter decorativo y pueden ser tóxicas para ellos. ¿Cómo diferenciarlas? ¿Cuáles son las plantas venenosas para gatos? En este post te contamos más al respecto.
¿Cuáles son las plantas venenosas para gatos?
Que tu gato coma alguna planta venenosa es realmente poco común: a pesar de que su instinto le impulsa a mordisquear plantas, su exquisito paladar le hace prestar mucha atención a lo que come. No obstante, un gato joven o excesivamente curioso podría probar alguna planta venenosa con las graves consecuencias que ello puede conllevar. Desde daños digestivos hasta problemas en la piel, el pelo, los ojos… Incluso a nivel neurológico.
Para que puedas evitar las plantas venenosas para gatos a continuación encontrarás una lista de las principales:
Las típicas plantas navideñas: son muy bonitas y llamativas. Tanto el muérdago como el acebo son plantas que muy comúnmente se encuentran en casa en Navidad, pero debes saber que son muy tóxicas para tu gato, produciéndole problemas respiratorios, gastrointestinales…
Lirios: una flor también muy típica pero, a su vez, es una de las plantas venenosas para gatos que hay que vigilar.
Otras flores o plantas venenosas para gatos son:
Liliáceas (extremadamente tóxica)
Ricino
Cicuta
Azalea
Azafrán
Hiedra
¿Y cuáles son plantas seguras?
Las dos plantas seguras para gatos más famosas son el catnip y la hierba germinada. Pero no son las únicas que puedes tener en casa con tranquilidad, también las de la siguiente lista:
Bambú
Helecho
Albahaca
Romero
Salvia
Suculentas
Rosas
Orquídeas
Cactus cebra
Palma amarilla
Calatea
¿Cómo hacer para que tu gato no mordisquee tus plantas?
Para mantener vivas nuestras plantas y asegurarnos que la salud de nuestro amigo felino no se resienta podemos seguir un plan:
Proporcionar plantas idóneas que tu gato pueda mordisquear. Plantar en una maceta semillas de cebada, trigo o avena puede ser una buena opción para este primer paso.
Aumentar las actividades y juegos con tu gato. Podemos incrementar el número de comederos en casa, introducir juguetes distribuidores de comida, esconder bolitas de pienso, crear escondites con cajas de cartón...
Colocar las plantas que quieras proteger fuera de su alcance. Puedes hacerlo de muchas maneras: colocando barreras, poniendo la planta encima de una estantería inaccesible a ellos, colgándolas del techo, etc.
Si no fuera posible, se puede evitar que el gato siga mordisqueando la planta pulverizando a diario las hojas de las plantas de la casa con algún producto que no sea tóxico y que no tenga un sabor agradable.
Si sigues estos pequeños consejos podrás disfrutar de tus plantas y no tendrás que preocuparte de si tienes plantas venenosas para gatos. Tendrás la total seguridad de que, si empieza a mordisquearlas, no será peligroso para tu gato.
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