Notificaciones
En general, los perros duermen aproximadamente un 50% de su tiempo de forma intermitente, aunque buena parte de este tiempo no están profundamente dormidos: mantenerse en alerta es un mecanismo de supervivencia natural para ellos.
El sueño de los perros adultos es variable en función de múltiples factores como el fotoperiodo (relación entre las horas de luz y oscuridad), la tranquilidad y familiaridad que sienta con respecto al entorno en el que se encuentra, las actividades que realiza diariamente, el ritmo de vida que lleven sus propietarios o su estado de salud.
Que los perros duerman suficiente y con buena calidad es fundamental para su supervivencia ya que durante el sueño tienen lugar muchas de las funciones esenciales de organismo como:
Por lo tanto, al igual que ocurre con las personas, cuando un perro no duerme lo suficiente de manera prolongada, puede mostrar conductas como apatía, inquietud, nerviosismo e irritabilidad, derivando en problemas de salud como estrés o ansiedad, e incluso enfermedades orgánicas.
Las causas de que tu perro no duerma pueden ser muy variadas, por ejemplo:
Situaciones novedosas, cambios bruscos en su entorno o rutinas, nuevos entornos o compañeros de convivencia, ruidos que les asustan (petardos, disparos...), soledad o ausencia del propietario (la llamada “ansiedad por separación”)... pueden provocar estos estados emocionales alterados que mantienen a tu perro en alerta impidiendo su descanso profundo.
Algunas de estas situaciones ocurren de forma temporal hasta que se produce la habituación, es decir, que se acostumbre. Sin embargo, otras pueden requerir terapias de modificación de conducta (como la ansiedad por separación) y/o terapia farmacológica (por la fobia a los petardos, por ejemplo).
En ocasiones tu perro puede no dormir porque está acostumbrado a hacerlo de forma diferente (en tu compañía, en otro tipo de superficie o en otra zona) y ahora, sencillamente puede que el lugar de descanso no le guste o no le resulte cómodo, y le cueste unos días habituarse.
Las causas que provocan dolor, picor (alergias, dermatopatías...) o cualquier tipo de malestar o enfermedad orgánica (hipertiroidismo, enfermedades respiratorias o alteraciones del sistemas nervioso en perros mayores como la demencia senil, etc.) pueden producir que tu perro no duerma de forma adecuada.
Durante las etapas de celo de las hembras, sobre todo si hay alguna perrita en celo en sus proximidades, los machos pueden mostrarse intranquilos, hiperexcitables y ansiosos afectando también a sus horas de sueño.
La estimulación física y mental moderada y adaptada a las necesidades de nuestro perro es fundamental para el desarrollo saludable. Tanto un exceso como un defecto puede tener repercusiones sobre su salud y el estado emocional que se manifieste como hiperexcitabilidad, intranquilidad, ansiedad o estrés.
La sobrecarga gastrointestinal, es decir, comer demasiado, sobre todo poco antes de ir a dormir, puede dificultar que tu perro concilie el sueño.
Aunque en general los perros tienen una buena capacidad de termorregulación, demasiado frío o calor pueden afectar el sueño de tu perro.
Generalmente, unos pocos cambios en el entorno y manejo de nuestros amigos son suficientes para ayudarle. Sin embargo, en algunas ocasiones, puede ser necesario realizar un chequeo veterinario para descartar enfermedades orgánicas importantes e incorporar tratamientos farmacológicos, terapias de modificación de conducta o incluso plantearse la castración. Si observas que tu perro no puede dormir a pesar de las recomendaciones, no dudes en consultar con tu veterinario.
Cuidados básicos
Compartiendo experiencias