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Mi perro no duerme: ¿qué puedo hacer? Mi perro no duerme: ¿qué puedo hacer?

¿Cómo es el sueño de los perros?

En general, los perros duermen aproximadamente un 50% de su tiempo de forma intermitente, aunque buena parte de este tiempo no están profundamente dormidos: mantenerse en alerta es un mecanismo de supervivencia natural para ellos.

El sueño de los perros adultos es variable en función de múltiples factores como el fotoperiodo (relación entre las horas de luz y oscuridad), la tranquilidad y familiaridad que sienta con respecto al entorno en el que se encuentra, las actividades que realiza diariamente, el ritmo de vida que lleven sus propietarios o su estado de salud.

Beneficios de un buen descanso

Que los perros duerman suficiente y con buena calidad es fundamental para su supervivencia ya que durante el sueño tienen lugar muchas de las funciones esenciales de organismo como:

  • Reposición de la energía necesaria para el mantenimiento.
  • Fijación de las experiencias útiles y descarte de aquellas que no lo son.
  • Mejora la capacidad de aprendizaje
  • Favorece el desarrollo y crecimiento de los perros, sobre todo de los cachorros, mediante la liberación de la hormona del crecimiento.
  • Protege las funciones cerebrales.
  • Contribuye al funcionamiento adecuado del sistema inmune.

Por lo tanto, al igual que ocurre con las personas, cuando un perro no duerme lo suficiente de manera prolongada, puede mostrar conductas como apatía, inquietud, nerviosismo e irritabilidad, derivando en problemas de salud como estrés o ansiedad, e incluso enfermedades orgánicas.
 

¿Por qué mi perro no duerme?

Las causas de que tu perro no duerma pueden ser muy variadas, por ejemplo: 

Emociones como el miedo, la ansiedad o el estrés

Situaciones novedosas, cambios bruscos en su entorno o rutinas, nuevos entornos o compañeros de convivencia, ruidos que les asustan (petardos, disparos...), soledad o ausencia del propietario (la llamada “ansiedad por separación”)... pueden provocar estos estados emocionales alterados que mantienen a tu perro en alerta impidiendo su descanso profundo.

Algunas de estas situaciones ocurren de forma temporal hasta que se produce la habituación, es decir, que se acostumbre. Sin embargo, otras pueden requerir terapias de modificación de conducta (como la ansiedad por separación) y/o terapia farmacológica (por la fobia a los petardos, por ejemplo).

Incomodidad en su zona de descanso

En ocasiones tu perro puede no dormir porque está acostumbrado a hacerlo de forma diferente (en tu compañía, en otro tipo de superficie o en otra zona) y  ahora, sencillamente puede que el lugar de descanso no le guste o no le resulte cómodo, y le cueste unos días habituarse.

Dolor o prurito (picor)

Las causas que provocan dolor, picor (alergias, dermatopatías...) o cualquier tipo de malestar o enfermedad orgánica (hipertiroidismo, enfermedades respiratorias o alteraciones del sistemas nervioso en perros mayores como la demencia senil, etc.) pueden producir que tu perro no duerma de forma adecuada

Periodos de celo

Durante las etapas de celo de las hembras, sobre todo si hay alguna perrita en celo en sus proximidades, los machos pueden mostrarse intranquilos, hiperexcitables y ansiosos afectando también a sus horas de sueño.

Insuficientes o excesivos estímulos

La estimulación física y mental moderada y adaptada a las necesidades de nuestro perro es fundamental para el desarrollo saludable. Tanto un exceso como un defecto puede tener repercusiones sobre su salud y el estado emocional que se manifieste como hiperexcitabilidad, intranquilidad, ansiedad o estrés.

Comidas demasiado pesadas o copiosas

La sobrecarga gastrointestinal, es decir, comer demasiado, sobre todo poco antes de ir a dormir, puede dificultar que tu perro concilie el sueño. 

Temperaturas extremas

Aunque en general los perros tienen una buena capacidad de termorregulación, demasiado frío o calor pueden afectar el sueño de tu perro. 
 

Recomendaciones para que tu perro pueda dormir bien

  • Los periodos de adaptación siempre son motivo de estrés para nuestros amigos por lo que trataremos de realizar los cambios de manera progresiva (habituación), acostumbrándole poco a poco a cada nueva situación.
  • Provee a tu amigo de un lugar cómodo, en el que pueda sentirse a gusto, seguro y protegido de las posibles “amenazas” externas.
  • Respeta su espacio y momentos de tranquilidad o sueño. 
  • Realiza juegos y actividades físicas y mentales de forma rutinaria, que le estimulen y le ayuden a quemar el exceso de energía diaria.
  • Evita las comidas demasiado pesadas y ofréceselas con margen de tiempo antes de ir a dormir para evitar la sobrecarga digestiva.
  • Premia el momento de ir a la cama para que pueda asociarlo con una experiencia positiva, y nunca le castigues enviándole al lugar en el que duerme o descansa, el efecto será una asociación negativa y no querrá volver ahí.

Generalmente, unos pocos cambios en el entorno y manejo de nuestros amigos son suficientes para ayudarle. Sin embargo, en algunas ocasiones, puede ser necesario realizar un chequeo veterinario para descartar enfermedades orgánicas importantes e incorporar tratamientos farmacológicos, terapias de modificación de conducta o incluso plantearse la castración. Si observas que tu perro no puede dormir a pesar de las recomendaciones, no dudes en consultar con tu veterinario.

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