Etapas de vida

Cómo socializar a tu cachorro: claves Cómo socializar a tu cachorro: claves

Gabriella Tami Doctora en Veterinaria y Máster en Etología
Publicación: 04/10/23
Cómo socializar a tu cachorro

Introducción de sus etapas



Y es justo a lo largo de esta etapa que la mayoría de cachorros llegan a sus nuevas familias. Vamos a descubrir qué es la socialización y cómo aprovecharla para conseguir que un cachorro se convierta en un adulto sociable y equilibrado.

¿Qué es la etapa de socialización?

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Es una etapa especial del desarrollo durante la cual el cachorro empieza a aprender acerca del mundo que le rodea, se habitúa a las novedades del entorno y empieza a asociar estímulos sociales y ambientales con emociones positivas o negativas. Lo vivido durante la socialización influye de manera determinante sobre su capacidad de adaptarse a situaciones y estímulos nuevos y sobre sus preferencias y habilidades sociales.

En esta etapa, los cachorros aprenden a reconocer los miembros de su especie y perfeccionan sus habilidades comunicativas, algo fundamental para relacionarse y jugar con los demás sin malentendidos. La socialización es el momento clave para que el cachorro se familiarice también con individuos de otras especies, incluidas las personas.

Para lograr un desarrollo social adecuado, es fundamental que el cachorro esté con la madre y los hermanos hasta completar el destete, alrededor de las 7-9 semanas de vida. Por otro lado, tampoco es recomendable el destete tardío, realizado alrededor de 13-16 semanas, ya que a menudo se relaciona con conductas de evitación hacia personas desconocidas.


¿Cuánto dura la socialización?

Al empezar su cuarta semana de vida, los cachorros entran en la etapa de socialización: con todos los sentidos activos y cada vez más hábiles y coordinados en los movimientos, están listos para explorar y familiarizarse con su entorno.

Al principio de esta etapa, la curiosidad natural del cachorro prevalece sobre el miedo a lo desconocido y le permite acercarse despreocupado para explorar la novedad.

Sin embargo, a partir de la quinta semana, el cachorro empieza a mostrar sus primeros miedos. 

En las semanas siguientes, el cachorro se vuelve cada vez más cauteloso hacia lo que le resulta totalmente nuevo hasta que, alrededor de la semana 12, ante una situación novedosa, el miedo prevalece sobre la curiosidad, poniendo fin a la etapa de socialización.


¿Y qué pasa con las vacunas?

El periodo de socialización se solapa con las primeras vacunaciones del cachorro. Aunque no hay un único programa de vacunación, en general se empieza con las vacunas a las 6 semanas de vida del cachorro y se acaba con el último “pinchazo” a las 16 semanas. La etapa de socialización puede acabar en el mismo momento o haber acabado incluso unas semanas antes. 

 

De allí el dilema: si mantienes al cachorro encerrado en casa hasta finalizar el programa de vacunación, lo mantienes protegido de las enfermedades infecciosas, pero ¿qué pasa con sus habilidades sociales y familiarización con el entorno?

Aunque es muy importante evitar que el cachorro contraiga una enfermedad infecciosa, tampoco hay que restar importancia a los problemas derivados de una socialización inadecuada. Algunas enfermedades infecciosas, como la parvovirosis y el moquillo, pueden ser muy graves e incluso letales, sobre todo en cachorros sin vacunar. Sin embargo, un cachorro mal socializado puede llegar a desarrollar miedo e incluso agresividad hacia estímulos presentes en su entorno, problemas que pueden poner en serio riesgo su bienestar y su convivencia con las personas.


¿Cómo socializarlo correctamente?

Haz un listado de los estímulos, sociales y no sociales, que formarán parte del ambiente de vida de tu cachorro. Piensa en perros de diferentes tipos y tamaños, otros animales, personas de diferentes edades y características, objetos que puede encontrar dentro y fuera de casa, vehículos, ruidos, lugares, situaciones...        

Planea una exposición gradual y controlada a estos estímulos y asegúrate de que efectivamente el cachorro esté a gusto, teniendo en consideración que no hay un nivel de exposición ideal y que la socialización no es cuestión de cantidad: la calidad es fundamental.

Alrededor de las 8-10 semanas, los cachorros atraviesan una etapa en la que son especialmente sensibles a las experiencias negativas. Tenlo en consideración cuando planeas su socialización.

¿Y si se asusta? Toma nota de la situación, ya que tendrás que organizar exposiciones a esta situación más graduales, asociarla con algo positivo y respetar el tiempo que el cachorro necesite para habituarse. Si busca refugio detrás de ti o entre tus piernas, no lo dejes solo: tu presencia le permitirá recuperarse del susto más de prisa y le servirá de base segura para explorar su entorno. Por otro lado, forzarlo para que se “enfrente a sus miedos” es muy mala idea y podría dificultar su proceso de habituación. 

Cuidado si utilizas comida o juguetes durante el proceso de socialización. Puede ser contraproducente utilizarlos para atraer al cachorro cerca de lo que le asusta: cuanto más cerca lo atraigas de lo que le da miedo, más alerta estará y más probabilidad tendrá de asustarse por cualquier movimiento imprevisto del estímulo. Es mejor lanzarlos lejos del estímulo que le asusta para que el cachorro pueda decidir de acercarse cuando esté preparado. Además, si lo estás socializando con otros perros, es mejor que no haya comida por el medio para evitar posibles malentendidos protegiendo la comida.

Si todavía no ha completado el plan de vacunación, saca el cachorro en brazos para que pueda empezar a familiarizarse con su entorno, minimizando el riesgo de contraer enfermedades infecciosas.

Para aprender a comunicarse de manera fluida con los perros, se necesita algo más que mirar: se necesita interacción directa con otros perros. Organiza encuentros con perros de familiares y amigos, siempre y cuando sean sanos, vacunados, desparasitados, y sociables con los perros. Otra opción es apuntar a tu cachorro a alguna clase de socialización (las clases de socialización son encuentros en los que cachorros, que aún no han completado su plan de vacunación, aprenden a relacionarse bajo la atenta mirada de unos profesionales del comportamiento).

Puede ser útil tener un registro de las experiencias del cachorro.


¿Cuáles son los errores más comunes durante la socialización del cachorro?

  • No tener suficiente contacto con los estímulos que formarán parte de su día a día una vez adulto.

  • Una vez acabado el periodo de socialización, aislar al cachorro de los estímulos con los que se ha familiarizado en las primeras semanas de vida.

  • Exponer el cachorro a situaciones excesivas y abrumadoras, como exponerlo a una multitud de personas o llevarlo a lugares con mucho ruido y confusión, en lugar de organizar una exposición más gradual.

  • Una socialización insuficiente, como una experiencia traumática durante la socialización, pueden dejar secuelas importantes en la estabilidad emocional del perro. A veces, incluso para el resto de su vida.


¿Y si está mal socializado?

Tienes que contactar cuanto antes con un veterinario etólogo para que podáis poner juntos en práctica un plan para “limitar los daños”.

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El cierre de la etapa de socialización tiende a marcar el límite entre lo que es familiar y de fiar y lo que es desconocido y peligroso. Estímulos que no se parecen en nada a lo que el cachorro ha conocido de más pequeño o que han resultado claramente negativos le pueden asustar.

El cierre de esta etapa también influye sobre la capacidad del cachorro de relacionarse con otros individuos tanto de su especie como de otras, incluida la nuestra.

Los perros tienen el potencial para aprender a lo largo de toda su vida, pero la capacidad de adaptarse al ambiente que tienen durante este periodo especial no tiene nada que ver con la que queda una vez que se haya concluido la etapa de socialización. Así que el resultado de una socialización inadecuada no siempre se puede eliminar del todo, ni siquiera con la realización de programas intensivos de socialización.

Conclusiones

La etapa de socialización es un momento decisivo para lograr que el cachorro se convierta en un perro equilibrado y sociable, capaz de relacionarse con otros perros y con humanos y capaz de adaptarse a las novedades. Una socialización adecuada es clave para prevenir algunos problemas de comportamiento, como el miedo o la agresividad, que pueden comprometer el bienestar del perro y dificultar de manera decisiva su convivencia con nosotros. 

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