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Sí, son animales, pero nos hacen
#MásHumanos
Al mundo les falta la humanidad que a ellos les sobra. Son capaces de despertar nuestras emociones más profundas y de sacar nuestro lado más generoso, más empático, más sociable.Ellos tienen el poder de hacernos más humanos.
¿Sabías que el nivel de oxitocina aumenta cuando estamos con ellos? Esta es la hormona del bienestar y nos hace estar más contentos.
Los animales actúan como catalizadores sociales, ayudándonos a convivir mejor con otras personas.
Convivir con un perro o un gato nos ayuda a enfrentarnos mejor al estrés cotidiano y a superar momentos difíciles de nuestra vida.
Interaccionar y convivir con animales puede mejorar nuestra calidad de vida. Nos ayudan a sentirnos menos solos, menos deprimidos y más motivados a realizar actividades saludables al aire libre.
Su compañía, su contacto físico y el vínculo emocional que creamos con ellos nos conecta con el presente y con nosotros mismos.
Cuidar de un perro o un gato va más allá de un acto de compromiso o responsabilidad. Nos proporciona un sentimiento de utilidad y propósito, que contribuye a mejorar la autoestima.
Curry es el motivo de salir a la calle con una sonrisa y socializar con nuevas personas. Desarrolla un sentimiento de cuidado y de amor en los más pequeños de la casa Llenan de energía desde los más peques a los más mayores de la casa.
Desde que Bimba llegó hace 9 años, mi vida cambió por completo. Me ha enseñado a ser más generosa, empática y sociable. Con ella descubrí el valor del amor incondicional y cómo sacar mi lado más humano. Su presencia me ha llenado de alegría y me ha hecho una mejor persona.
Mis tres perros han transformado mi vida por completo, con su lealtad incondicional, amor sin filtros y energía desbordante, no solo han llenado mis días de alegría sino que también me hacen estar más en el presente y encontrar la felicidad de las pequeñas cosas. ¡Nose que haría sin ellos!
Frida ha transformado mi vida de una manera increíble. Con su alegría y energía, llena mis días de felicidad, enseñándome a disfrutar cada momento. Ya puedo imaginarme un día sin su colita moviéndose, sus lametazos y su amor incondicional. Sin duda, adoptarla ha sido una de las mejores decisiones de mi vida.