Etapas de vida

¿A qué edad se tranquiliza un gato? ¿A qué edad se tranquiliza un gato?

Gabriella Tami Doctora en Veterinaria y Máster en Etología
Publicación: 23/09/22
A qué edad se tranquiliza un gato

Los gatos tienen un carácter muy enérgico, de hecho, algunos son tan activos que nos hacen preguntarnos cuándo empezarán a calmarse. Si tú también estás empezando a preguntártelo, sigue leyendo porque aquí te explicamos a qué edad se empiezan a calmar. ¿Empezamos?

¿Cuándo se vuelven más tranquilos los gatos? 

A lo largo de su vida, tu gato atravesará varias etapas y en cada una de ellas experimentará un comportamiento distinto. A medida que vaya creciendo su carácter se irá calmando, pero antes pasará por etapas con mayor actividad: 

  • En sus primeros 6 meses se puede considerar un gatito.1 Se verán sus ganas de explorar, jugar, correr y saltar.
  • A partir de los 6 meses y hasta aproximadamente el año, se considerará un gato joven que aún no ha alcanzado la madurez. Seguirá siendo muy activo y juguetón, pero, a medida que madure su carácter cambiará y tendrá menos ganas de jugar a ciertas cosas.
  • Entre el año y los 6 años, pasará a ser un adulto joven. Aquí ya no será tan activo como antes y su temperamento se irá estabilizando. Algunos expertos afirman que el cambio más marcado ocurre a los 3 años.2  A partir de ahí, si todo va bien a nivel de salud, su bajada de revoluciones será gradual
  • A este período seguirá la madurez, que durará hasta los 10 años y a partir de entonces, el gato se considerará geriátrico.

Como habrás podido comprobar en cada etapa, tu gato mostrará diferentes niveles de actividad, pero prepárate porque… ¡sus ganas de jugar nunca desaparecerán!

 

 

¿Qué hacer para que el gato esté tranquilo?

Esperar a que por sí solo se vuelva más tranquilo es un claro error. Establece desde el principio unas pautas claras para evitar que durante los primeros años el gatito fije “malos hábitos” que puedan afectar a vuestra convivencia futura. Entonces… ¿qué hacer para que esté tranquilo?

  • Prueba con diferentes tipos de juguetes para que se entretenga solo y ve rotándolos para mantener alto su interés. 
  • Crea una rutina de juego cuando esté más activo ¡aprovecha sus momentos de mayor actividad! Que llegue relajado a la hora de acostarte puede ser la clave para disfrutar de unas noches tranquilas. Además, será una ayuda importante para controlar su peso.
  • Las sesiones de juego solo deberían durar unos 10 -15 min cada una. Y recuerda, ¡no usar ni manos, ni pies, ni punteros láser!3
  • Utiliza el juego para reforzar comportamientos deseables y evitar conductas indeseables, como que nos muerda jugando. 
  • No lo castigues, solo traerá problemas, tanto para él como para ti. Para que tengáis un vínculo de calidad, ¡su confianza es oro!  
  • Adapta el espacio a su naturaleza, con escondites, zonas de descanso, rascadores, superficies para trepar y saltar, ¡despierta su instinto!

Asegúrate de que dispone de un ambiente que estimule su cuerpo y su mente para que gaste energía de manera positiva y previniendo así la aparición de estrés.


¿A qué juegan los gatos?

Jugar no es un lujo para un gato: es una necesidad, uno de los pilares de su bienestar físico y emocional a lo largo de todas las etapas de su vida. En un entorno que no está adaptado a su naturaleza y sin suficientes ocasiones de juego, un gato puede redirigir sus ganas de jugar hacia las personas, por ejemplo acechándolas cuando se mueven por casa o mordiéndolas para luego salir corriendo. También puede intentar jugar con otros animales de la casa que no comparten las mismas ganas y que se pueden asustar por ser objeto de tantas atenciones, desarrollar conductas para llamar la atención: maullando sin parar, teniendo “explosiones” de actividad o incluso llegando a tener problemas de salud y/o conductas relacionadas con un estado de estrés, como el exceso de acicalamiento.4

Los gatos juegan a pelearse, a cazar o a correr y saltar.5


 

Jugar a pelearse o juego social es un juego de contacto donde los gatos ponen a prueba sus dotes luchadoras, pero sin morder ni arañar de verdad. También pueden usar conductas que proceden del repertorio sexual. Este juego empieza cuando los gatitos tienen tan solo 3 semanas, luego hay un pico a las 12 semanas y, a partir de entonces, el juego social es cada vez menos frecuente, aunque haya gatos adultos que siguen jugando a pelearse.6,7 Este juego requiere la participación de un compañero y, si el que recibe invitaciones para jugar, no está interesado y, aun así, el otro insiste, la cosa podría acabar mal. Además, este juego fácilmente deja paso a malentendidos y a conflictos si los jugadores no son gatos amigos y no tienen una buena relación fuera de las sesiones de juego. En este juego, los humanos no somos buenos compañeros de juego, aunque el gato juegue sin sacar las uñas e inhibiendo las mordidas.

 

En el juego de la caza, el gato usa sus habilidades de cazador para atrapar un juguete o algo parecido, como una pelota de aluminio, un tapón de corcho, un ratón de peluche, y una larga lista de etc. De esta lista también forman parte los plumeros y los juguetes tipo caña de pescar que a menudo empleamos para despertar su instinto cazador. En este juego, si no fuera por el aspecto artificial de sus presas, el hecho de hacerse con el juguete y “rematarlo” parecen asuntos de la máxima importancia. Este juego inicia más tarde que el de la pelea, alrededor de las 7-8 semanas de vida, cuando el gatito empieza a tener suficiente coordinación para poder atrapar pequeños objetos en movimiento.8,9 A partir de ese momento se convierte en el juego “número 1” durante el resto de la vida del gato.

 

El juego de saltar y correr se conoce como juego solitario. Aquí el gato no necesita ni presas ni compañeros de juego: es un juego de pura energía y movimiento de alta velocidad. Muchos hablan de los “cinco minutos de locura” o de “la hora loca de los gatos” en la cual el gato puede cruzar el pasillo a toda velocidad, trepar por las cortinas, aterrizar en una estantería, tirando al suelo lo que encuentra a su paso… y, a veces, incluso, pasar corriendo encima de alguien plácidamente dormido en la cama. Es un juego que los gatos suelen hacer a primera hora de la noche o de la mañana, que corresponden a los momentos de mayor actividad para muchos gatos.10 Los gatos empiezan a jugar a “la hora loca” más o menos a los 2 meses de edad.9,11

 

Tu gato cuenta con unos códigos de conducta muy variados debido a su naturaleza, pero siguiendo los pasos adecuados lograrás que se encuentre más tranquilo en casa. Con un ambiente lo suficientemente estimulante donde pueda expresarse de manera libre y segura y con los cuidados necesarios para garantizar su bienestar, te ganarás su confianza y conseguirás que esté equilibrado.





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Bibliografía consultada:

1. Vogt AH, Rodan I, Brown M, expertos felinos y autores en Feline Life Stage Guidelines y en Journal of Feline Medicine.
2. Duffy DL, de Moura RTD, Serpell, investigadores felinos y autores de Development and evaluation of the Fe-BARQ: A new survey instrument for measuring behavior in domestic cats.
3. Strickler BL, Shull EA, etólogos y autores de “An owner survey of toys, activities, and behavior problems in indoor cats” en Journal of Veterinary Behavior.
4. Heath SE, 2005. Behaviour problems and welfare. En: Rochlitz I (ed). The welfare of cats. Springer, Dordrecht, The Netherlands, pp 91–118.
5. Bradshaw JWS, Casey RA, Brown SL, 2012. Behavioural development. The Behaviour of the Domestic Cat.  CAB International, Wallingford, pp. 63–90.
6. West MJ, 1974. Social play in the domestic cat. American Zoologist 14, 427-436. 
7. Caro, TM, 1981. Predatory behaviour and social play in kittens. Behaviour 76, 1–24
8. Bateson P, Barrett P, 1978. The development of play in cats. Behaviour, 66 (1-2), 106-120. 
9. Mendoza DL, Ramirez JM, 1987. Play in kittens (Felis domesticus) and its association with cohesion and aggression. Bulletin of the Psychonomic Society 25, 27–30.
10. Smit M, Corner-Thomas RA, Weidgraaf K, Thomas DG, 2022. Association of age and body condition with physical activity of domestic cats (Felis catus). Applied Animal Behaviour Science, 248, 105584.
11. Martin P, Bateson P, 1985. The ontogeny of locomotor play behaviour in the domestic cat. Animal Behaviour 33, 502-510.

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