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El cambio de cachorro a perro adulto

Gabriella Tami - Doctora en Veterinaria y Máster en Etología

Gabriella Tami · Doctora en Veterinaria y Máster en Etología

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Publicado el 07.10.2023 · Editado el 27.09.2024
El cambio de cachorro a perro adulto
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Al dejar atrás la etapa de socialización y la etapa juvenil, el cachorro se convierte en un adolescente. Será solo alrededor de los 18-24 meses que llegará por fin a su etapa adulta. ¿Qué debes esperar de estos meses de cambio? Te dejamos nuestras recomendaciones para gestionar esta fase de transición de la mejor manera.

Cuidado con los embarazos indeseados

A pesar de su aspecto aún infantil, con pocos meses de edad y sin haber acabado de crecer del todo, los perros ya están listos para procrear. Esto implica que no puedes aplazar la conversación con tu veterinario de confianza sobre la forma más adecuada de ejercer un control responsable sobre la reproducción de tu cachorro. Mejor tenerlo todo claro desde el principio, sobre todo considerando que la pubertad no llega al mismo tiempo para todos los perros. Tamaño y sexo influyen sobre la llegada de la madurez sexual.

Madurez de edad

El primer ciclo sexual de una perra marca el inicio de su pubertad, aunque a veces el primer celo es “silencioso” y puede pasar desapercibido. Con la pubertad, los machos empiezan a producir espermatozoides y están listos para aparearse.  

Más allá del tamaño y del sexo, otros factores pueden influir sobre el inicio de la pubertad, por ejemplo, la presencia de otros perros adultos podría acelerar la madurez sexual. Además, se ha observado que las perras se muestran más ansiosas a quedarse solas, por lo que también tienden a tener una pubertad más precoz.

Con “la cabeza en las nubes”

El cachorro que siempre acudía a tu llamada se ha convertido en un adolescente que ignora tus indicaciones mientras corre a jugar con otros perros o a perseguir palomas. ¿Qué está pasando?

En los humanos, la adolescencia suele ser un momento de cambios de humor, irritabilidad, decisiones arriesgadas y conflictos. Pero no somos los únicos que pasamos por ella: los perros también experimentan cambios similares, convirtiendo la adolescencia en una etapa delicada para la relación entre el perro y su familia humana.

cachorro corriendo

El perro adolescente tiende a volverse más autónomo, seguro y a no depender tanto de su humano de referencia para tomar sus decisiones, p.ej., tiende a alejarse más durante el paseo y a explorar más sus alrededores… siempre y cuando haya ido todo bien en las etapas de desarrollo anteriores.

Las novedades estimulan su curiosidad, mientras que las hormonas de la pubertad despiertan intereses desconocidos hasta el momento: sobre todo, los olores de otros perros se vuelven mucho más interesantes que antes.

Con tantas distracciones a su alrededor, el perro adolescente podría ignorarte cuando le indiques de realizar algún comportamiento, que antes sabía hacer a la perfección, y parece que le cueste más concentrarse y recordar las cosas.

Aun así, tiene un gran potencial para aprender y su capacidad de concentración puede mejorar de manera significativa si se trabaja.

Esta actitud alcanza su pico alrededor de los 8 meses. La buena noticia es que se trata de una fase pasajera que se concluye cuando el perro tiene alrededor de un año (pero las fechas pueden cambiar según el tamaño del perro). Aun así, es clave gestionar esta fase correctamente: recurrir al castigo para intervenir sobre su comportamiento o “desconectar” emocionalmente del perro solo puede empeorar las cosas.

El primer ciclo sexual de una perra marca el inicio de su pubertad, aunque a veces el primer celo es "silencioso" y puede pasar desapercibido. Con la pubertad, los machos empiezan a producir espermatozoides y están listos para aparearse.

Semanas o meses después de terminar la etapa de socialización... ¿Quiere decir que ya no hace falta cuidar que las experiencias de tu perro adolescente sean positivas?

mujer abrazando a perro

En realidad, no: las experiencias vividas en esta etapa también tendrán un impacto determinante sobre su comportamiento futuro.

Además, en algún momento entre los 6 y los 18 meses, los perros pueden tener un nuevo “pico de desconfianza” en el que se vuelven especialmente sensibles a las experiencias desagradables (el primer pico de desconfianza lo vivieron al final de la etapa de socialización).

Te das cuenta de que algo ha pasado porque, de repente, se vuelve cauteloso en situaciones que antes no le generaban ninguna inquietud o a las que ya se había acostumbrado, p.ej., empieza a ladrar a las personas que lo saludan en el paseo o a los perros desconocidos que os encontráis caminando.

Ten en cuenta que no hace falta que las malas experiencias se repitan varias veces para generar un aprendizaje: una sola mala experiencia vivida cuando el perro es más sensible a los peligros puede dejar un rastro evidente en su manera de ver el mundo que le rodea y en su comportamiento como adulto.

¿Cómo identificar a un cachorro asustado?

Si ves los siguientes comportamientos, vale la pena analizar más detenidamente lo que está pasando: el cachorro se encoge y baja la postura y la cola, intenta apartarse o se queda totalmente inmóvil, levanta una pata delantera y/o ladra en dirección del estímulo.

Tips para lidiar con el perro adolescente

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Hay que estar preparado para cuando llegue esta época.

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Habla con tu veterinario para tomar la decisión más apropiada para controlar su actividad reproductiva. Mientras tanto, toma precauciones para evitar embarazos indeseados.

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Mantén la calma si el perro parece haber olvidado lo que había aprendido, ignora tus instrucciones y/o le cuesta concentrarse.

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Repasa pacientemente las pautas de educación y los comportamientos que habías entrenado en las etapas anteriores. Repasa sobre todo el ejercicio de acudir a la llamada y utiliza muchas recompensas cuando responda a la primera. Definir normas claras y consistentes y reforzar las conductas que te interesan es clave para lograr un comportamiento adecuado sin que el perro te tenga miedo.

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Asustar al cachorro o recurrir a la fuerza para modificar su comportamiento es contraproducente: puede generar ansiedad, minar su confianza y aumentar el riesgo de que muestre reacciones agresivas.

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Refuerza lo aprendido durante la socialización o podría acabar "olvidándolo": en otras palabras, sigue organizando encuentros positivos con perros y personas.

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Protégelo de las malas experiencias en la medida de lo posible y, si de repente se asusta por algo, no lo fuerces a enfrentarse a sus miedos: es mejor que pueda explorar a su ritmo las cosas y las situaciones que le preocupan.

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Contacta con un profesional si la situación os supera.

Conclusiones

La adolescencia canina es una etapa de su desarrollo aún poco estudiada, que puede suponer un reto para vuestra relación, entre cambios emocionales, nuevos intereses y una menor capacidad para concentrarse. Paciencia y coherencia serán clave para seguir sentando las bases para vuestra futura convivencia y para ayudarle a convertirse en un adulto equilibrado.

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