Cuidados básicos

¿Será otro gato? Estos son los cuidados que necesita tras la esterilización ¿Será otro gato? Estos son los cuidados que necesita tras la esterilización

Gabriella Tami Doctora en Veterinaria y Máster en Etología
Publicación: 19/04/23
Cuidados de tu gato después de la esterilización

Si compartes la vida con un gato, antes o después llega la hora de pensar sobre cómo gestionar su actividad reproductiva. Sobre todo, cuando te toca convivir con algunos aspectos normales de su comportamiento reproductivo ya que pueden ser un verdadero reto. En este panorama, la esterilización parece ser una opción responsable tanto para evitar camadas indeseadas como para reducir algunas conductas problemáticas.

Pero, ¿cuándo empieza su ciclo reproductivo?

Es el momento en el que tu gato alcanza la pubertad, lo que puede ocurrir incluso antes de cumplir los 6 meses en las gatas, éstas pueden parir hasta 3 veces al año y tener una media de 4 gatitos por camada1. Aunque muchos no sobrevivan2, se entiende que, sin ejercer ningún control, el número de gatos puede aumentar fácilmente. Por lo contrario, los gatos maduran más tarde que las hembras pudiendo hacerlo a partir de los 8 meses, incluso pueden llegar hasta los 12 meses.


¿Qué se entiende por esterilización?

Aunque a menudo se habla de machos castrados y hembras esterilizadas, la esterilización incluye una serie de técnicas tanto quirúrgicas como farmacológicas que pueden servir para lograr que un gato no pueda procrear, ya sea de forma temporal o permanente. Entre estas técnicas se encuentra la castración quirúrgica (o gonadectomía, en la jerga técnica) que consiste en extirpar quirúrgicamente las gónadas, es decir, los ovarios o los testículos. Lugar donde se producen los óvulos y los espermatozoides, además de las hormonas sexuales. En este artículo utilizaremos el término "esterilización" para referirnos a la extirpación quirúrgica de testículos u ovarios.

¿Cambia el comportamiento tras la esterilización?

Que el comportamiento de un gato o una gata cambie a raíz de la esterilización no se puede poner en duda: el hecho de extirpar testículos u ovarios tiene el potencial de influir sobre las conductas que dependen, al menos en parte, de las hormonas sexuales. Incluyendo la conducta sexual y las conductas sexualmente dismórficas, es decir conductas que son más frecuentes en un sexo que en el otro. En cambio, esta cirugía no influye sobre su personalidad: seguirá siendo el mismo o misma de siempre. 

¿Cómo cambia el comportamiento de un gato? 

 

Conducta sexual:

Después de la cirugía disminuye, tanto en frecuencia como en intensidad3. Sin embargo, un gato puede seguir mostrando algunos elementos de dicha conducta, como, por ejemplo, interés en una hembra, la monta, e incluso eyaculación, todo esto durante un largo periodo o incluso durante toda la vida. La experiencia previa a la intervención podría explicar parte de la variabilidad observada entre gatos, ya que aquellos que se han apareado varias veces antes de ser esterilizados tienden a mostrar más conducta sexual tras la cirugía que aquellos sin experiencia4.

Marcaje con orina:

Tras la esterilización, el marcaje con orina desaparece por completo y rápidamente en el 80-90% de los gatos3. En este caso, da igual si la operación se ha realizado antes de la pubertad o cuando el gato ya ha empezado a dejar sus marcas de orina3,5. Además, su orina deja de tener el olor penetrante que caracteriza las marcas urinarias. Sin embargo, el marcaje con orina no siempre desaparece por completo tras la operación habiendo más de un casi 10% que sigue dejando sus marcas como si no hubiera pasado nada5. Hay algunos que han dejado de hacerlo de forma habitual, pero pueden volver a marcar en ciertas situaciones. La razón es que lo hacen más allá que para avisar a las hembras fértiles y a la “competencia” de su presencia6. Pueden marcar el territorio con orina por culpa del estrés de algunos factores ambientales y sociales7, como la densidad de gatos y la probabilidad de que haya algún conflicto con otros. Hasta el punto de que, en casas donde viven más de 10 gatos, la probabilidad de que alguno marque con orina parece elevarse al 100%8.

Agresividad hacia otros machos:

Casi la mitad de los gatos esterilizados, en cuestión de una o dos semanas después de la cirugía, se vuelven menos agresivos hacia otros machos3. Este cambio de actitud es de gran importancia para protegerlo de ataques, sobre todo para los que salen al exterior y pueden tener contacto sin control con otros del vecindario. La mordida es la principal vía de transmisión de una enfermedad muy grave para los gatos, contra la cual todavía no se dispone de una vacuna eficaz: la inmunodeficiencia felina. En la población de gatos callejeros, esta enfermedad prevalece entre los machos fértiles con territorios grandes, mientras que las hembras tienden a infectarse con menos frecuencia9 y probablemente lo hacen durante el apareamiento, cuando el macho las muerde en el cuello10. Pero las peleas entre ellos pueden ser también el vehículo de otras enfermedades, como la leucemia felina, sin contar, que representan en sí un riesgo de sufrir lesiones físicas para ambos “contrincantes”.

Escapadas:

La disminución de interés para el otro sexo después de la esterilización reduce también las escapadas detrás del rastro de alguna hembra en celo en los gatos operados que tienen acceso al exterior11. El descenso puede ser inmediato o más gradual, pero hay que tener en consideración que el vagabundeo no siempre se debe a una motivación sexual. La extensión del espacio por donde se mueve un gato a lo largo del día es, lo que técnicamente se llama, “dominio vital” u home range y puede variar también en función de otros factores, como el temperamento del gato12, la cantidad de gatos que viven en una zona y la relación que tienen entre ellos11, la ubicación de sus lugares preferidos para cazar13, para tomar el sol, descansar14 o para acceder a otros recursos de interés, como por ejemplo un vecino que le da de comer… De hecho, al comparar datos sobre los gatos que son víctimas de accidentes de tráfico, no hay diferencias claras en el riesgo al que están expuestos antes y después de la esterilización15, así que el vagabundeo por motivos no relacionados con la reproducción sigue después de la cirugía.

¿Cómo cambia el comportamiento de una gata?

1. Conducta sexual:

Durante el celo, las gatas son más cariñosas e inquietas de lo habitual, se revuelcan por el suelo adoptando una postura muy reconocible, con el dorso arqueado y la parte posterior del cuerpo levantada, además de señalar su presencia mediante unos característicos maullidos sexuales. Todo esto desaparece de forma definitiva e inmediata después de la esterilización. En este sentido, los cambios que pueden aparecer tras la intervención de una hembra son más previsibles que en los machos.

 

2. Marcaje con orina:

La esterilización resulta también muy eficaz en eliminar el marcaje con orina cuando esta conducta se debe al ciclo sexual. Sin embargo, como en el caso de los machos esterilizados, el efecto sobre el marcaje es variable y algunas gatas siguen dejando marcas de orina tras la esterilización: ocurre aproximadamente en el 5% de hembras esterilizadas5


¿Puede haber otros cambios más allá de la conducta reproductiva?

Se han publicado varios estudios que sugieren que con la esterilización podría cambiar algo más que la conducta sexual y las conductas sexualmente dismórficas. En la especie canina, a raíz de esta cirugía, se han descrito algunos trastornos de la conducta, como una mayor tendencia a mostrar agresividad defensiva y a asustarse por ruidos fuertes y objetos desconocidos, una mayor reactividad emocional, etc16,17,18. En la especie felina hay menos información al respecto, aunque a veces quien vive con un gato esterilizado puede tener la sensación de que, después de la operación, se haya vuelto más dócil que antes3. Los machos esterilizados también pueden volverse más tímidos hacia extraños y mostrar más tendencia a esconderse, sobre todo si la cirugía se ha realizado en sus primeros meses de vida19. Algo parecido podría ocurrir en las gatas: las que no han sido operadas suelen ser más seguras20.

La esterilización también podría tener en ambos sexos un impacto sobre la conducta social con otros gatos, pero no está del todo claro. Aunque no siempre ocurra21, en ambos sexos, se han observado más comportamientos amistosos hacia otros gatos tras la esterilización22. Esta diferencia parece ser más destacable en algunos gatos machos que a raíz de la cirugía empiezan a mostrar conductas nunca mostradas anteriormente, como restregarse con otro gato y saludarse nariz-nariz23. En otros casos, la esterilización parece reducir la tendencia a interactuar con otros gatos tanto para bien como para mal y aquellos operados tienden a mantenerse más alejados de los demás23


La esterilización parece reducir también la tendencia a mostrar conductas agresivas hacia otros gatos, tanto en machos como hembras21,24, 25. En los que vivan juntos, esto se puede traducir en menos zarpazos, mordidas, posturas amenazantes, persecuciones, peleas y “duelos vocales”21, etc. siempre y cuando no haya comida por la que competir por el medio23. En las gatas operadas que viven en colonia, esta menor tendencia a reaccionar agresivamente hacia otros gatos se asocia a niveles más bajos de cortisol, que es la hormona empleada para evaluar el estrés en los felinos, y posiblemente se relacione a niveles más altos de bienestar20.

¿Cambia el físico del gato tras la esterilización?

Más allá de los cambios en la conducta, la disminución de las hormonas sexuales después de la esterilización provoca también algunos cambios físicos algunos más evidentes, como la reducción de los “mofletes” pronunciados de los machos fértiles. Otros no saltan tanto a la vista, como la desaparición de las pequeñas “espinas” que recubren la superficie del pene de un gato adulto sin esterilizar. 

También es más probable que pueda coger algo de peso, pero varios mecanismos contribuyen a la inclinación al sobrepeso de los gatos esterilizados, tanto machos como hembras26,27. De hecho, no es un problema limitado a los gatos que viven dentro de casa, les pasa incluso a los gatos salvajes28. Por ello, es importante prevenirlo como, por ejemplo, adaptar la dieta29 y estimulando la actividad física del gato, ya que lejos de ser un tema estético, el sobrepeso puede repercutir negativamente en su salud30.


La esterilización realizada mediante extirpación de testículos u ovarios es una de las cirugías más comunes en medicina veterinaria. Se puede realizar por motivos diferentes: para prevenir camadas indeseadas, responder al compromiso adquirido al adoptarlo en un refugio, como parte en un tratamiento de un problema de salud o para reducir alguna conducta problemática. Si este último es el motivo de la operación, para poder tener expectativas realísticas y evitar decepciones, es importante contactar con un veterinario etólogo para averiguar el papel de las hormonas sexuales en el desarrollo de la conducta en cuestión en tu gato.

Bibliografía consultada:

1. Hall, V. E., & Pierce Jr, G. N. (1934). Litter size, birth weight and growth to weaning in the cat. Anatomical Record, 60, 111-124.
2. Remfry, J. (1996). Feral cats in the United Kingdom. Journal of the American Veterinary Medical Association, 208(4), 520-523.
3. Hart, B. L., Eckstein, R. A. (1997). The role of gonadal hormones in the occurrence of objectionable behaviours in dogs and cats. Applied Animal Behaviour Science, 52(3-4), 331-344.
4. Aronson, L. R., & Rosenblatt, J. S. (1958). The decline of sexual behavior in male cats after castration with special reference to the role of prior sexual experience. Behaviour, 12(4), 285-338. 
5. Hart, B. L., Cooper, L. (1984). Factors relating to urine spraying and fighting in prepubertally gonadectomized cats. Journal of the American Veterinary Medical Association, 184(10), 1255-1258.
6. Feldman, H. N. (1994). Methods of scent marking in the domestic cat. Canadian Journal of Zoology, 72(6), 1093-1099.
7. Halip, J. W., Luescher, U. A., Mckeown, D. B. (1992). Inappropriate elimination in cats. I. Feline practice (USA) 20, 17-21.
8. Skerritt, G. C., Jemmett, J. E. (1980). The spraying problem. Results and analysis of the Glaxovet/FAB survey. Feline Advis. Bur. Bull, 18, 3-4.
9. Courchamp, F., Yoccoz, N. G., Artois, M., Pontier, D. (1998). At-risk individuals in feline immunodeficiency virus epidemiology: evidence from a multivariate approach in a natural population of domestic cats (Felis catus).
10. Courchamp, F., Pontier, D. (1994). Feline immunodeficiency virus: an epidemiological review. Comptes rendus de l'Academie des sciences. Serie III, Sciences de la vie, 317(12), 1123-1134.
11. Liberg, O., Sandell, M., Pontier, D., & Natoli, E., (2000). Density, spatial organisation and reproductive tactics in the domestic cat and other felids. En: Turner DC, Bateson P (eds) The domestic cat: the biology of its behaviour, 2nd edn. Cambridge University Press.
12. Kisen, A. (2021). Personality differences among domestic cats (Felis catus) in Norway and how they affect home range size (Master's thesis, Norwegian University of Life Sciences, Ås).
13. Liberg, O. (1980). Spacing patterns in a population of rural free roaming domestic cats. Oikos, 336-349.
14. Izawa, M., Doi, T., & Ono, Y. (1982). Grouping patterns of feral cats (Felis catus) living on a small island in Japan. Japanese Journal of Ecology, 32(3), 373-382.
15. Rochlitz, I. (2003). Study of factors that may predispose domestic cats to road traffic accidents: part 1. Veterinary Record, 153(18), 549-553.
16. Zink, M. C., Farhoody, P., Elser, S. E., Ruffini, L. D., Gibbons, T. A., & Rieger, R. H. (2014). Evaluation of the risk and age of onset of cancer and behavioral disorders in gonadectomized Vizslas. Journal of the American Veterinary Medical Association, 244(3), 309-319.
17. Starling, M., Fawcett, A., Wilson, B., Serpell, J., & McGreevy, P. (2019). Behavioural risks in female dogs with minimal lifetime exposure to gonadal hormones. Plos one, 14(12), e0223709.
18. McGreevy, P. D., Wilson, B., Starling, M. J., & Serpell, J. A. (2018). Behavioural risks in male dogs with minimal lifetime exposure to gonadal hormones may complicate population-control benefits of desexing. PloS one, 13(5), e0196284.
19. Spain, C. V., Scarlett, J. M., & Houpt, K. A. (2004). Long-term risks and benefits of early-age gonadectomy in cats. Journal of the American Veterinary Medical Association, 224(3), 372-379.
20. Finkler, H., & Terkel, J. (2015). The relationship between individual behavioural styles, dominance rank and cortisol levels of cats living in urban social groups. Applied Animal Behaviour Science, 173, 22-28.
21. Finkler, H., Gunther, I., & Terkel, J. (2011). Behavioral differences between urban feeding groups of neutered and sexually intact free-roaming cats following a trap-neuter-return procedure. Journal of the American Veterinary Medical Association, 238(9), 1141-1149
22. Neville, P. F., Remfry, J. (1984). Effect of neutering on two groups of feral cats. The Veterinary Record, 114(18), 447-450.
23. Cafazzo, S., Bonanni, R., & Natoli, E. (2019). Neutering effects on social behaviour of urban unowned free-roaming domestic cats. Animals, 9(12), 1105. Epidemiology & Infection, 121(1), 227-236.
24. Amat, M., De La Torre, J.L.R., Fatjó, J., Mariotti, V.M., Van Wijk, S, Manteca, X., 2009. Potential risk factors associated with feline behaviour problems. Appl. Anim. Beh. Sci. 121, 134-139.
25. Stubbs, W. P., Bloomberg, M. S., Scruggs, S. L., Shille, V. M., & Lane, T. J. (1996). Effects of prepubertal gonadectomy on physical and behavioral development in cats. Journal of the American Veterinary Medical Association, 209(11), 1864-1871.
26. Scarlett, J. M., Donoghue, S., Saidla, J., & Wills, J. (1994). Overweight cats: prevalence and risk factors. International Journal of Obesity and Related Metabolic Disorders: Journal of the International Association for the Study of Obesity, 18, S22-8.
27. Fettman, M. J., Stanton, C. A., Banks, L. L., Hamar, D. W., Johnson, D. E., Hegstad, R. L., Johnston, S. (1997). Effects of neutering on bodyweight, metabolic rate and glucose tolerance of domestic cats. Research in veterinary science, 62(2), 131-136.
28. Scott, K. C., Levy, J. K., Gorman, S. P., & Neidhart, S. M. N. (2002). Body condition of feral cats and the effect of neutering. Journal of Applied Animal Welfare Science, 5(3), 203-213.
29. Courcier, E. A., Mellor, D. J., Pendlebury, E., Evans, C., & Yam, P. S. (2012). An investigation into the epidemiology of feline obesity in Great Britain: results of a cross‐sectional study of 47 companion animal practises. Veterinary Record, 171(22), 560-560.
30. Nguyen, P. G., Dumon, H. J., Siliart, B. S., Martin, L. J., Sergheraert, R., Biourge, V. C. (2004). Effects of dietary fat and energy on body weight and composition after gonadectomy in cats. American Journal of Veterinary Research, 65(12), 1708-1713.

Compartir en