Notificaciones
Pedro Pablo Mayo Robles · Jefe de servicio de medicina interna de la clínica veterinaria Menes
min de lectura
Con el invierno llegan el frío y una mayor humedad. Esto hace que tu perro, al igual que tú, tenga que adaptarse a estos cambios meteorológicos en esta época fría del año. Por eso, es muy importante que sepas si puede estar pasando frío, de qué manera le puede afectar y, sobre todo, cómo puedes ayudarle.
En primer lugar, es importante saber que los perros tienen diferentes grados de tolerancia al frío. Debes tener en cuenta sus características físicas porque hay algunos factores según su estado de salud, la raza, el tamaño y su pelaje, que harán que el frío le afecte de una manera diferente.
Existen algunas razas de perros, como los nórdicos (husky siberiano, alaska malamute, samoyedo) que están adaptados a vivir en climas fríos, gracias a su pelaje abundante y una mayor grasa corporal que les ayuda a mantener el calor.
En cambio, los perros más pequeños y de pelo corto pueden verse más afectados por el frío y es probable que tengan menos interés por las actividades al aire libre en invierno. Esto se explica porque, al ser de menor tamaño, tienen una mayor zona corporal que calentar en relación a su peso. Por lo que, si tu perro reúne estas características es posible que pueda temblar por el frío. Al hacerlo lo que busca su organismo, como mecanismo fisiológico, es elevar la temperatura corporal, la cual debería mantenerse entre los 38ºC y 39ºC.
Otras características que influyen son el sexo, siendo los machos los que suelen tolerar mejor el frío, y la edad del perro. Los cachorros y los de mayor edad pueden tener más dificultades para mantener el calor corporal. Para ellos, estar mucho tiempo expuestos al frío puede significar el riesgo de sufrir una hipotermia. Además, les hace ser más vulnerables a ciertas enfermedades.
Teniendo en cuenta lo que acabamos de comentar, la sensación de frío que pueda sentir tu perro depende de diferentes factores. Por esto, los veterinarios de la Universidad de Tufts (EEUU) han elaborado una tabla que nos ayuda a poder comprender el riesgo que puede suponer para él estar expuesto al frío en función de su tamaño.
Dicha tabla ha sido también difundida por la Dirección General de Derechos de los Animales y es un esquema visual muy útil para entender lo que puede estar sintiendo tu perro. La información se plasma con franjas de colores: el verde representa que no hay evidencia de frío y un riesgo poco probable; el amarillo supone un riesgo en función del peso y sus características; el color naranja simboliza una franja peligrosa y el rojo significa una situación crítica.
Considerando diferentes variables que pueden hacer que las franjas cambien de color como son el ambiente, si existe humedad o no, si el perro está aclimatado a la temperatura y si lleva o no abrigo.
Por otro lado, podemos observar algunos indicadores que nos advierten de que tu perro pueda tener frío. Como, por ejemplo, tener escalofríos y temblores, que prefiera acurrarse, que tenga menos interés por salir a la calle o que camine más lento de lo habitual durante el paseo, que se le seque la piel y que notes sus orejas y su nariz heladas.
Podemos ayudarle de diferentes formas para poder mantener su calor corporal, lo primero, es intentar prevenir algunas situaciones que pueden ser de riesgo y evitar la exposición a bajas temperaturas teniendo en cuenta, como hemos comentado, las características físicas de tu perro.
Por ello, se debe tener cuidado con los cambios bruscos de temperatura cuando vayáis a salir a pasear, por lo que la temperatura en casa debe ser estable sin llegar a un calor extremo. También proporcionarle una cama acolchada y calentita para dormir ya que le puede servir para aislarle del frío y la humedad. Podemos ayudarle con alguna manta, en ella se puede acurrucar o esconderse cubriéndose con ella y poder mantener su calor corporal. Si no lo tienes muy claro, lo mejor que puedes hacer es dejarle las diferentes opciones para que sea él el que escoja la opción con la que se sienta más a gusto.
Conociendo las señales que pueden indicarte si tu perro puede estar pasando frío, debes saber que hay problemas que pueden aparecer y ser un riesgo para su salud. Esto se agrava si tiene alguna enfermedad crónica ya que el sistema respiratorio y el cardiaco son los más sensibles de verse afectados por las bajas temperaturas.
Es muy importante tener en cuenta el sistema inmunitario del perro siendo los cachorros y los mayores aquellos más sensibles. Los primeros no lo tienen desarrollado del todo y pueden darse infecciones pulmonares. Y los segundos, porque su sistema es probable que ya no tenga la misma eficacia.
Aquellos que sufren enfermedades degenerativas articulares, como por ejemplo la artrosis, suelen tener un empeoramiento de sus síntomas. Incluso en esta época del año, para estos perros, es importante realizar ejercicio físico para mantener la masa muscular. Ya que el frío y la humedad hacen que las articulaciones estén más rígidas aumentando la fricción de los tejidos pudiéndoles causar dolor.
El frío y la humedad hacen que las articulaciones estén más rígidas.
Es muy importante adaptar la cantidad de comida a esta época. Teniendo en cuenta que un exceso de peso sobrecarga las articulaciones, deberás considerar si aumentar o disminuir la cantidad de comida diaria que consume tu perro. Por lo que si vive dentro de casa es posible que tengas que rebajar la cantidad porque en invierno se suele necesitar menos energía al salir menos a pasear. Por lo contrario, si tiene acceso o vive en el exterior, probablemente aumente su apetito ya que necesitará más calorías para mantener el calor corporal, es importante, también, proporcionarle lo necesario para que no pase frío.
Debes tener en cuenta algunos consejos para cuando tu perro y tú salgáis a la calle a pasear en esta época del año. Son muy importantes porque puedes ayudarle para que la llegada del invierno le afecte lo menos posible.
Los paseos son muy importantes para tu perro, es una necesidad primordial ya que es el momento en el que puede hacer sus necesidades, ejercitarse y socializar con otros. Siempre que las condiciones climáticas lo permitan y la temperatura del exterior sea aceptable para él, las salidas que hagáis deben ser cortas y debe estar bien protegido. Por lo que es recomendable intentar que cuando salgáis a la calle no haga tanto frío, evitando la primera hora de la mañana y la noche. Puede que tu perro necesite paseos más largos, es preferible que salgáis al mediodía o en los momentos más soleados del día.
Es muy importante que vaya bien preparado. Porque, si no puedes adaptar la rutina a estos horarios, puedes considerar la posibilidad de proteger a tu perro con abrigos e impermeables para salir a la calle. Siendo recomendable cubrir con capas a los perros que por sus características físicas son más sensibles al frío, como pueden ser algunas razas como el chihuahua o el galgo (por su pequeño tamaño los primeros y por la falta de pelaje en los segundos).
Es probable que en alguna de estas salidas os sorprenda la lluvia. Al llegar a casa, siempre debes secarlo bien, sobre todo, fijándote mucho en las almohadillas de sus patas. Éstas al haber estado en contacto con el frío y la humedad le pueden provocar pequeñas fisuras y heridas. Para poder mantenerlas protegidas se recomienda el uso de cremas protectoras especiales.
Si hacéis una escapada a la nieve o simplemente paseáis por algún sitio donde haya hielo, es preferible protegerlo con un calzado con un buen agarre. Esto le protegerá las patas y evitará posibles quemaduras en sus almohadillas. En estas salidas, es muy importante protegerle la nariz con alguna crema protectora y, también, proporcionar a su collar o abrigo algún elemento llamativo para localizarlo.
Consejos para poder ayudar a tu perro en invierno:
Intentar evitar cambios bruscos de temperatura
Proporcionarle una cama acolchada y caliente
Tener especial cuidado si tiene alguna enfermedad crónica, si es cachorro o es mayor
Realizar ejercicio físico para mantener la masa muscular
Adaptar la cantidad de comida a esa época
Hacer paseos cortos evitando las horas más frías
Protegerlo con abrigos o ropa impermeable
Secarlo bien después de un paseo con lluvia o nieve
Proteger sus almohadillas y nariz con cremas protectoras
Utilizar calzado especial cuando haya nieve o hielo
Ahora ya conoces cómo puede afectarle el frío a tu perro y los consejos que debes seguir para disfrutar de esta época. Así, podrás ayudarlo para que el invierno no os pare y convertirlo en una de vuestras estaciones favoritas.