Normalmente todos tenemos en mente qué no deben tomar: chocolate, café, té y bebidas que contengan cafeína, alcohol o edulcorantes, alimentos con mucha sal y alimentos con mucha grasa.
Sin embargo, existen alimentos que pueden ser tóxicos y no son los sospechosos habituales. La cebolla, el ajo, las uvas, las pasas o el aguacate son algunos de estos desconocidos.
Hay otros que no son tóxicos, pero que si se consumen en gran cantidad pueden generar problemas digestivos, como vómitos o diarreas. Por ejemplo, la parte verde de los tomates.
Pero no todo iban a ser prohibiciones! Hay otros vegetales que nuestros perros pueden comer, como por ejemplo: judías, brócoli, col, apio, garbanzos, pepino, guisantes, berza, maíz, espinacas, calabacín, patatas (sin partes verdes).
Si nuestro perro es amante del dulce, la fruta es una buena opción. Las manzanas (eliminando las semillas), albaricoques, plátanos, arándanos, mango, melón y piña satisfarán su apetito goloso.
Aún teniendo estas indicaciones sobre su alimentación, es recomendable que prestemos atención a cualquier signo de molestia que puedan mostrar después de introducir algún nuevo alimento en su menú.