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Ultima · Desarrollado con los veterinarios nutricionistas de Ultima
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¿Cuál es el mejor momento para el destete de un gato? ¿Cómo hay que hacerlo para que no sea traumático? ¿Qué pasa en el caso de los gatitos huérfanos? Con este post procuraremos dar respuesta a todas tus dudas sobre este momento crucial en la vida de tu gato.
¿Sabías que los gatos de una camada escogen un pezón de la madre al nacer y succionan siempre de él durante los primeros ocho días de vida? Eso disminuye la competencia por el alimento entre los hermanos y reduce el tiempo que pasa hasta que empiezan a mamar.
Esta estrategia de supervivencia ilustra muy bien la importancia del acceso a la leche materna para un gatito recién nacido. Y también ayuda a entender la relevancia que tiene no destetarlo antes de tiempo, o no hacerlo de la forma adecuada.
Ten en cuenta que, durante las dos primeras semanas de vida, los gatitos pasan un 10% del tiempo mamando. Esta proporción aumenta rápidamente hasta un 60% a las tres semanas, y luego disminuye al 10% hacia el final del primer mes, cuando empieza a prepararse el destete de los gatos.
Como los bebés humanos, los gatos recién nacidos también succionan muchas veces sin tomar nada, tan solo porque ese comportamiento los relaja y refuerza su vínculo con la madre.
En realidad, no es que exista una teoría científica sobre cuál es el mejor momento para destetar a un gato porque es la propia madre la que lo inicia de forma natural.
La madre gata empieza a evitar que sus gatitos mamen siempre que quieran a partir de la cuarta semana de vida. Es entonces cuando comienza el destete, que trae consigo importantes cambios digestivos y de comportamiento en los gatitos.
Entre la sexta y séptima semana, habitualmente el proceso ya está completado y el gato puede comer sólido, siempre que se le ofrezca un alimento especialmente adaptado.
Siempre que sea posible, hay que dejar que los gatitos estén con la madre al menos hasta que el proceso de destete haya acabado (sobre la séptima u octava semana), aunque lo óptimo es que permanezcan con ella y sus hermanos hasta las 12 semanas.
En cualquier caso, a partir de la semana número cinco ya podemos empezar a introducir el alimento que tendrá que sustituir a la leche materna.
Aquí tienes una guía para hacerlo correctamente:
Gran parte de los hábitos alimentarios se inician antes de las 6-8 semanas, así que debes aprovechar este periodo para sentar unas buenas bases.
Y recuerda que, al adoptar a un gatito, darle el mismo alimento con el que se ha hecho el destete facilitará su adaptación al nuevo hogar.
Cuando la madre desteta a sus gatitos, ese momento es mucho más que una transición de la leche al alimento sólido. En realidad también les está enseñando a tolerar la frustración (ellos quieren mamar y la madre no se lo permite), un aprendizaje de vida válido para la edad adulta.
Según algunos estudios, el destete temprano (antes de las 12 semanas) puede aumentar la agresividad y los comportamientos estereotipados en gatos, hecho relacionado con el nivel de tolerancia a la frustración.
Los gatitos bebés necesitan como alimento fundamental la leche materna. Si no está disponible, a veces es posible conseguir leche de alguna gata nodriza que esté amamantando y que acceda a incorporar al nuevo gatito entre sus propias crías. Cuando eso no es factible, hay que optar por una leche artificial especialmente adaptada, nunca leche de vaca.
A partir de ahí, el proceso de destete en gatos huérfanos seguiría los mismos pasos que hemos indicado anteriormente para el resto de gatos.
La crianza de un gatito con biberón puede ser todo un reto. A veces se le da más importancia a los aspectos nutricionales que a los comportamentales, pero ya hemos visto que el destete en gatos influye sobre la conducta.
Según el experto Peter Neville, los gatos adultos que fueron criados a biberón por los humanos parecen tener una mayor tendencia a mostrar comportamientos agresivos. Neville ha investigado sobre esta cuestión y sugiere:
“Este hecho responde a un destete incorrecto, en el que los humanos no han sido capaces de reproducir el comportamiento natural de la madre, que frustra a sus gatitos castigando conductas anteriormente premiadas al acercarse estos a comer. La necesidad de enfrentar las adversidades y el concepto de que la vida puede llegar a ser frustrante resulta imprescindible para la supervivencia de los gatitos”.