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¿Cómo cuidar de un gatito recién nacido?

Gabriella Tami - Doctora en Veterinaria y Máster en Etología

Gabriella Tami · Doctora en Veterinaria y Máster en Etología

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Publicado el 26.05.2022 · Editado el 27.09.2024
¿Cómo cuidar de un gatito recién nacido?

Índice

La mayoría de los gatitos son adoptados cuando tienen mínimo 2 o 3 meses, pero hay dos situaciones en las que tendrás que cuidar de un recién nacido: tu gata ha tenido una camada en casa o has encontrado un gatito huérfano.

En el primer caso, la madre se encargará de cuidar de los gatitos: tu tarea será sobre todo la de cuidar bien de la madre, pero también estarás presente en un momento clave del desarrollo de los gatitos, en el que puedes influir de manera determinante sobre su conducta social. 

En el segundo caso, todos los cuidados del gatito recaerán sobre ti: desde mantenerlo caliente, alimentarlo, limpiarlo, estimularlo para que haga sus necesidades y procurar que tenga experiencias fundamentales para su desarrollo.

En ambos casos, acompañar a tu gatito desde sus primeros días de vida será una experiencia que nunca olvidarás y que pondrá las bases de un vínculo muy especial.

¿Cómo cuidar de un gatito durante sus primeras 2 semanas de vida?

Los gatitos nacen ciegos y sordos y durante las primeras dos semanas son incapaces de regular su temperatura corporal, de orinar y defecar por si solos, de limpiarse y de moverse. Los gatos son muy dormilones en general y lo son todavía más cuando son bebés, así que pasará muchas horas durmiendo… ¡cerca de un 80% del tiempo! Su dieta es totalmente a base de leche y dependen por completo de su madre o de ti, si es que la madre ya no está con ellos.

Gatito recién nacido

En esta etapa, hay que concentrar los cuidados en los siguientes aspectos:

Infografía gatito primeras semanas

Prepara su espacio

Si tu gata ha parido en casa, este tema ya lo tendrás solucionado: un par de semanas antes del parto, ya habrás preparado un espacio tranquilo donde la gata esté protegida de posibles fuentes de estrés, como la presencia de otros gatos de la casa con los que no tiene una buena relación. En este espacio habrás colocado una camita con bordes altos, la base de un transportín grande u otra caja que pueda servir de nido. Allí habrás puesto también algún material acolchado y confortable, que ayude a mantener la temperatura, como una manta de forro polar. Por mayor higiene, el nido se puede revestir de un material desechable, como un empapador, que podrás cambiar cuando haga falta. Este nido servirá para el parto y para acoger a los gatitos durante sus primeras semanas de vida.

Si, en cambio, acabas de encontrar a un gatito recién nacido, puedes seguir estas indicaciones:

  • Escoge una habitación cálida, tranquila y segura: si en casa hay otras mascotas o niños pequeños, vigila que no lo puedan lastimar, aunque fuera sin querer. No se va a mover durante sus primeras dos semanas de vida, pero es preferible que esté en un espacio reducido y protegido con algún tipo de barrera.
Necesitan calor y una cama adecuada

  • Coloca en este espacio una caja o cesta con una manta. Con un gatito recién nacido, tu primera preocupación es mantenerlo caliente: si hubiera estado presente mamá gata, su calor corporal habría proporcionado al gatito un ambiente muy confortable. Pero al no tener la madre cerca, será importante poner una almohadilla térmica o una bolsa de agua caliente debajo de la manta, asegurándote que la fuente de calor no sea ni demasiado caliente, ni demasiado fría. Tendrás que hacer esta comprobación a menudo, utilizando tu mano. Además, la fuente de calor no debería estar en contacto directo con el gatito y tiene que haber sitio para que el gatito se pueda apartar del calor, si quisiera hacerlo. Si la manta o lo que la reviste se mojara por cualquier motivo, hay que cambiarla: un gatito mojado está más expuesto al riesgo de enfriarse peligrosamente.

Alimentarlo de la forma adecuada

La mejor alimentación para un gatito durante sus primeras semanas de vida es la leche materna, pero puede darse el caso de que su madre ya no esté con él. En esta situación, lo ideal es escoger una leche especial para gatitos. No le des leche de vaca ni de otros animales.

Saber qué alimento darle es igual de importante que saber cómo dárselo. Para un gatito de hasta 2 semanas de vida, el momento de la comida llega cada 2-3 horas, tanto de día como de noche y para cada comida necesitarás leche tibia (a unos 38ºC aproximadamente), un biberón, una toalla o un paño y paciencia. En la comida, el gatito tendría que estar en la misma posición que adoptaría a la hora de mamar de mamá gata: con el vientre apoyado y la cabeza ligeramente elevada. Una toalla debajo del cuerpo facilitará esta postura y el gatito la amasará moviendo rítmicamente sus patas como si fuera el abdomen de su mamá. ¡Ojo! Ponerlo panza arriba mientras lo alimentas es muy mala idea: se podría atragantar. Una vez que está colocado, tu función es la de sujetar el biberón a 45º y dejar que el gatito coma a su ritmo.

Como darle el biberón

La higiene de un gato bebé

Antes de cumplir las 3 semanas, un gatito no es capaz de hacer sus necesidades por sí solo, ya que es su madre la que los estimula para hacerlo lamiendo su zona genital y anal. Pero si ya no está mamá gata, tendrás que encargarte tú de esta tarea.

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Pasa con suavidad una gasa algo húmeda por su abdomen y zona genital y anal. Hay que hacerlo después de cada comida. El gatito orinará casi cada vez que lo estimules y defecará aproximadamente una vez al día.

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Si cuidas a varios gatitos, presta atención a que siempre estén secos, el roce al estar juntos puede provocar que se orinen. Límpialos con un trapo húmedo y sécalos con un paño suave y mucho cuidado. Recuerda que, si se están mojados, se pueden enfriar con más facilidad.

¿Cómo cuidar de tu gatito a partir de la tercera semana?

En las semanas que siguen a las primeras dos, los gatitos experimentan cambios muy marcados: empiezan a comer alimentos sólidos, a controlar la micción y la defecación y usar el arenero, empiezan a acicalarse, a rascar las uñas, a moverse, al principio poco y luego mucho... saltar, correr, trepar, jugar solos o en compañía son conductas fundamentales para su desarrollo físico. Y mientras se desarrollan sus habilidades físicas, los gatitos también desarrollan sus habilidades sociales y se empiezan a familiarizar con su entorno. Lo que ocurre en este momento es clave para conseguir que los gatitos disfruten de la compañía de otros gatos, de perros y de la nuestra y no tengan problema cuando haya que manipularlos para cepillarlos, cortarles las uñas, etc.

En el caso de un gatito huérfano, algunos cuidados de esta etapa son una continuación de lo que has empezado durante sus primeras dos semanas. Hay que seguir poniendo una fuente de calor, aunque el gatito la necesitará cada vez menos, y, hasta que haya cumplido las 3 semanas, hay que seguir la rutina de la gasa húmeda después de las comidas.

Esté o no la madre con el gatito, en esta etapa también hay que introducir algunos nuevos cuidados:

Acompañar a tu gatito desde su primer día de vida será, sin duda, una experiencia inolvidable. Ahora que sabes lo que necesita, solo te queda aprovechar cada momento con tu pequeño bebé, ¡crecerá mucho más rápido de lo que imaginas!

Bibliografía consultada:

1. Bowen J, Heath S, 2005. Behaviour problems in small animals: practical advice for the veterinary team. Elsevier Saunders. Philadephia.

2. Atkinson T, 2018. Practical feline behaviour. Understanding cat behaviour and improving welfare. CABI. Wallingford, Oxfordshire.