Los gatos recién nacidos se encuentran en su etapa más crítica y complicada. No regulan su temperatura y precisan de estimulación para orinar y defecar, como veremos más abajo. Ahora dependen por completo de su madre y, en su ausencia, de ti o tu familia.
A medida que transcurran los días irás comprobando cambios trascendentales en su comportamiento:
Necesitan un entorno confortable donde se sientan protegidos. Vigila estos puntos:
La nutrición es salud. Conviene escoger una leche especial para gatitos. Piensa que otro tipo de leche puede no cubrir sus necesidades al 100%.
Por ejemplo, la de vaca es baja en energía y no cubre sus requisitos de calcio, fósforo, grasa y proteínas. Presenta un 27% de proteína bruta frente al 40% de la leche de gata, y, además, puede originar diarrea al gatito.
Te mostramos algunos consejos para su correcta alimentación:
Los gatos que acaban de nacer no son capaces de orinar y defecar por sí mismos. Empezarán a controlarlo a las tres semanas de vida. Hasta ese momento es su madre quien los estimula, lamiendo la zona genital y anal.
Para asegurar su aseo sigue estas sencillas pautas:
El gatito empieza a hacerse grande. Ahora comenzará a regular su temperatura, explorar y, ¡verás sus primeros dientes! Es el momento para nuevas dinámicas y aprendizaje continuo.
Las primeras semanas de los gatos recién nacidos son las más complicadas. Pero son vitales para verlos crecer sanos. ¡Nos gusta estar a tu lado y contribuir a garantizar el bienestar de tu gatito!