Cuidados básicos

El primer día de un gatito en casa: consejos El primer día de un gatito en casa: consejos

Gabriella Tami Doctora en Veterinaria y Máster en Etología
Publicación: 22/09/22
El primer día de un gatito en casa

¿Estás a punto de recibir a tu nuevo gatito? En los próximos días ambos experimentaréis grandes cambios y esto puede producir momentos de desorientación e incluso de tensión. Con estos consejos conseguirás facilitar al máximo tanto su llegada como su adaptación. ¿Comenzamos?

¿Con qué edad debería llegar el gatito?

Aunque tengas muchas ganas de tener al gatito ya en casa contigo, un gatito debería quedarse con la madre y los hermanos, como mínimo, hasta la semana 8. Si se puede quedar con ellos hasta la semana 12, mejor aún (siempre y cuando el ambiente de vida sea ideal y alguien se encargue de la socialización adecuada del gatito). La razón de esperar hasta 3 meses es que los gatitos separados antes de la madre tienen más probabilidad de convertirse en gatos adultos con un temperamento “complicado” que los separados más tarde1. Así que si no se trata de una situación excepcional, respetar estas fechas puede ayudar a empezar bien la relación.

¿Cómo preparar la casa para tu gatito?

Antes de la llegada de tu gatito, date una vuelta por las diferentes estancias de tu casa y míralas en busca de posibles peligros. Un gatito es ágil, curioso, juguetón y se puede meter con facilidad en situaciones peligrosas si tu casa no está preparada para recibirlo. ¿En qué tienes que fijarte? 

En el interior del hogar

Algunas plantas ornamentales son tóxicas para los gatos. Entre ellas destacan los lirios  que pueden provocar un fallo renal fatal y no hace falta ni siquiera que el gatito se entretenga mordisqueando sus hojas o pétalos: acicalarse el pelo después de ensuciarse con un poco de su polen puede poner en riesgo la vida del gatito. No todas son tan peligrosas como los lirios, pero ¿para qué exponer al gatito a un peligro inútil?: lo mejor es no tener plantas tóxicas en casa.

 

Filodendro

Hiedra

Lirio

 

Retira objetos que puedan dañarle, por ejemplo, cables, hilos.

 

Cuidado con la ubicación de productos tóxicos como los de limpieza, insecticidas o medicamentos.

 

Si crees que algún objeto puede resultar peligroso para tu gatito, será mejor que lo guardes. Cuando son pequeños, tienden a explorar y jugar con todo lo que esté a su alcance.

 

Ten localizados posibles escondites, incluyendo los más diminutos, y bloquea el acceso a los sitios donde se podría quedar atrapado o donde podrías perderlo totalmente de vista. Un gatito asustado podría pasar horas escondido y es mejor que sepas dónde está.

 

Cuidado con las ventanas. Protegerlas con una red para gatos puede ser la manera de dejar que tu gatito pueda disfrutar de las vistas que ofrecen sin correr el riesgo de caer al vacío. 


En el exterior del hogar

Aquí también cuidado con los lirios, pero también con la dedalera, la adelfa, el rododendro, la violeta persa, el ricino y muchas otras plantas tóxicas para los gatos. 

 

Evita las salidas al exterior hasta que esté adaptado al nuevo hogar.

 

En jardines o terrazas, asegúrate que no haya huecos por los que pueda escaparse o caerse de una altura.

 

Después de convertir tu casa en un espacio seguro para gatos, elige una estancia tranquila donde colocar lo imprescindible: bebedero, comedero, arenero (lejos de comida, bebida y lugares de descanso), rascador, camitas y/o mantitas y algún juguete. Coloca también una caja de cartón y algún otro escondite. Algunos escondites pueden ir a ras de suelo y otros en lugares elevados. El gatito los usará de refugio y se sentirá más seguro: esto será de gran ayuda durante su adaptación. Esta estancia será lo primero que tu gatito conocerá de la casa. 

Ahora que la casa está lista, organiza su llegada cuando tu agenda no esté a tope y dispongas de unos días de tranquilidad para poder seguir de cerca su proceso de adaptación. 

¿Qué hacer el día de la llegada?

Nada más llegar, llévalo directamente a la estancia que le has preparado sin sacarlo aún del transportín. Una vez allí, abre el transportín y deja que el gatito salga cuando esté listo. Si ves que no está cómodo si hay gente cerca, deja que explore el espacio a su ritmo y en soledad.


Lo que hay que hacer a continuación dependerá de su reacción. ¿Es todo un explorador? ¿Es algo tímido? No hace falta que la presentación de la familia y la exploración de la casa sean el primer día: el gatito marcará el ritmo de su proceso de adaptación.

Si necesita estar escondido para relajarse y prepararse para enfrentarse a los retos de una nueva casa y una nueva familia, ¡no le fuerces a salir! Pon los recursos que pueda necesitar a su alcance y vigila que coma, beba y haga sus necesidades. Si el segundo día no ha tocado la comida ni ha usado el arenero, es mejor que te pongas en contacto con tu veterinario para saber cómo gestionar la situación.

¿Cómo dejarle explorar la casa?

Cuando lo ves relajado en su habitación, deja que descubra y explore el resto de la casa. Si la vivienda es grande, ve abriendo las puertas de las diferentes estancias de manera gradual y permítele regresar a su zona segura cuando lo necesite.


Hasta que no esté relajado en su espacio es mejor que mantengas la puerta de su habitación cerrada o podría salir de allí y esconderse en lugares que no tienes controlados.

¿Cómo interactuar con el gatito?

Cada gatito es diferente: algunos son amantes del contacto, otros son más reservados pero disfrutan del contacto breve en algunas partes del cuerpo, otros no quieren caricias pero les gusta estar cerca de las personas y se vuelven “locos” con el juego, etc.


Para saber cómo interactuar con tu gatito, presta atención a su comportamiento y descubre sus preferencias. Este proceso llevará tiempo, pero lo importante es empezar bien, así que, de entrada, deja que el gatito tome la iniciativa. También puedes llamar su atención desde la distancia y esperar su reacción: puedes mover un juguete, llamarlo, ofrecerle comida o acercar una mano. 


Si te ignora y se mantiene alejado, respetalo y vuelve a intentarlo en otro momento. Si se acerca para explorarte, deja que te huela. Si lo ves relajado o incluso se frota contra tu mano, puedes acariciarlo brevemente. El mentón, la mejilla o el espacio entre el ojo y la oreja suelen ser lugares donde muchos gatos disfrutan el contacto. Luego retira la mano y observa. ¿Quiere más? Si se aparta o está pendiente de otras cosas, la respuesta es “no”. Si se vuelve a acercar, es más probable que le haya gustado y venga a por un poco más. 

¿Cómo presentarle la familia?

De forma gradual y asegurándote de que el gatito esté relajado en todo momento. Sobre todo si sois muchos en casa y el gatito es tímido, hay que ir con cuidado. En este caso, es más fácil lograr que se acostumbre a una persona y a partir de allí se pueda acostumbrar al resto de la familia.

Si hay niños en casa, supervisa todos los momentos en los que los niños y el gatito estén juntos para asegurarte de que lo manipulen correctamente y éste no tenga miedo. Explícales que deben respetar su espacio y sus momentos de tranquilidad. 


Si hay más mascotas en casa, antes de iniciar una presentación, visita al veterinario para comprobar su estado de salud, realizar sus primeras desparasitaciones y vacunaciones. El veterinario te dirá a partir de cuándo podrás juntarlos gradualmente, siguiendo un protocolo de presentación y supervisando sus interacciones en todo momento. Los gatitos suelen adaptarse a su nuevo ambiente y a su nueva familia bastante de prisa, pero las mascotas que ya estaban en casa, ya sea por miedo o por territorialidad, podrían tener más dificultad a la hora de aceptar al recién llegado. Si experimentas cualquier problema durante la presentación, pide ayuda a un veterinario especializado en comportamiento.

¿Cómo educarlo?

Para lograr vivir en armonía con tu gatito, el primer paso consiste en conocer sus necesidades y crear un ambiente que permita satisfacerlas. Los gatos necesitan escondites a diferentes alturas, “recorridos seguros” para desplazarse por casa, uno o más lugares limpios para hacer sus necesidades, sitios para afilarse las uñas, lugares elevados para observar el ambiente y protegerse de posibles peligros, juguetes que les permitan aprovechar de sus habilidades como cazadores, lugares cómodos para descansar, además claramente de agua y comida.

Cuando el espacio proporciona todo lo que un gato puede necesitar, la educación consiste en favorecer y potenciar las conductas que nos interesan (por ejemplo: reforzar la conducta de subir encima del árbol rascador para mirar fuera de la ventana en lugar que encima de la mesa del comedor).


En este proceso, recurrir al castigo de las conductas inadecuadas no es recomendable. El castigo tiene muchos inconvenientes tanto para el gato como para ti y uno de los principales para ti es la desconfianza que genera en el gatito hacia la persona que imparte el castigo.

Veamos dos ejemplos.

¿Cómo enseñarle a hacer sus necesidades en el lugar adecuado?:

Deja a su disposición uno o varios areneros en lugares tranquilos, poco transitados y ventilados, lejos de las zonas donde el gatito come, bebe o duerme. Pon arena en su interior y procura que estén limpios. Solo con esto, el gatito con toda probabilidad los escogerá para hacer sus necesidades. Los gatos buscan lugares donde puedan escarbar y a no ser que tengan acceso a otro espacio donde haya material para escarbar, p.ej. una maceta con tierra, el arenero será su primera elección. No hace falta llevarlo al arenero después de comer ni darle un premio cuando entre en el arenero. De hecho, cuanto más lo dejes tranquilo en su decisión de dónde hacer sus necesidades, mejor.

 

¿Cómo enseñarle a afilarse las uñas en el rascador?:

Elige uno o más rascadores ideales y ponlos en lugares estratégicos, p.ej. cerca de donde el gatito duerme y en sitios de paso. Ya los encontrará. Si quieres acelerar el proceso, puedes mover un juguete encima del rascador para que el gatito, en el entusiasmo del juego, clave sus uñas en el rascador y, a partir de ese momento, ya tenga un lugar favorito para afilarse las uñas. Por otro lado, llevarlo al rascador, sujetarle las patas y moverlas encima del rascador como si el gatito se estuviera afilando las uñas nunca es buena idea y es más probable que el gatito no vuelva a acercarse al rascador. 

Más allá de aprender a utilizar su arenero y a afilarse las uñas en su rascador, el gatito puede aprender a realizar muchos comportamientos que pueden facilitar su convivencia con nosotros, como p.ej., entrar en un transportín, acudir a la llamada, subirse a algún lugar cuando se lo indicas, sentarse, etc. A pesar de la diversidad de comportamientos, la base para lograrlos es la misma: más allá que tener paciencia y no forzar el gatito, hay que tener “herramientas” para motivarlo y reforzar sus comportamientos, como la comida, el juego o, para algunos gatos, las caricias.
  

¿Cómo cuidar del gatito de manera responsable? 

Mientras tu gatito se va adaptando a su nuevo entorno, es imprescindible fijar una serie de pautas para cumplir con todas nuestras responsabilidades.

 

Aunque la mayoría de gatos apenas tiene la posibilidad de salir de casa, lo primero que debes hacer con el tuyo es identificarlo. De este modo si se extravía existen muchas más posibilidades de encontrarlo. Los métodos de identificación son: 

 

Microchip: Es un dispositivo que el veterinario implanta bajo la piel, está asociado a un código numérico en el que constan los datos de tu gatito y los tuyos.

 

Placa: Si sale al exterior, es recomendable que coloques también una placa en el collar de tu gatito, con su nombre y tu número de teléfono por si se escapa. En algunas CCAA es obligatorio. En este caso, mejor que el collar tenga el cierre de seguridad que se pueda abrir si el gato se queda enganchado en algún sitio.

 

Censo: La Ley obliga a censar a tu nueva mascota en el censo de tu municipio. Para realizar este trámite, necesitas primero que un veterinario le haya puesto el microchip.

 

 

Lo segundo es establecer un plan alimenticio para sus primeros meses de vida y asegurarnos así su correcto desarrollo. Es importante saber que algunos productos que contienen edulcorantes artificiales como el xilitol, o alimentos como los ajos, las cebollas, las uvas, las pasas o el chocolate, son tóxicos para los gatos. Si sospecharas que tu gatito se ha podido comer alguno de estos alimentos, llévalo inmediatamente al veterinario porque, aunque sea poca cantidad, al ser pequeños puede tener más efecto en ellos.

 

 

Los gatos son muy cuidadosos con su aseo por lo que, en general, no es necesario hacerse cargo de la mayor parte de su higiene. Pero hay cosas que quien vive con un gato debería saber para poder cuidar de su salud e higiene.

Desparasitación: Es fundamental tanto para la salud de tu gatito como para el resto de los miembros de la familia. La desparasitación en los gatitos empieza con tan solo 3 semanas de edad y desde el destete del gatito hasta que cumple 6 meses de edad, hay que realizarla cada mes.2

 

Vacunación: La mayoría de ellas no son obligatorias pero son altamente recomendables. A partir de su octava semana de vida puedes empezar a vacunarlo.
 

El cepillado: Una rutina de cepillado mantendrá cuidado su pelaje y le ayudará a ingerir menos pelo al acicalarse. Utiliza un cepillo que no le haga daño e introduce el cepillado de forma gradual y positiva.
 

Cuidado de las uñas: Sus uñas si no las usan no tienen que verse, ya que son retráctiles. Si ves que asoman es que habría que cortárselas. Aprovecha sus primeras revisiones veterinarias para aprender la técnica y así evitar hacerle daño. Pero !ojo! Una cosa es conocer la técnica y otra bien distinta es acostumbrar al gatito a recibir el corte de uñas. Hay que invertir tiempo y paciencia en acostumbrarle a los diferentes aspectos del corte de uñas, como la sujeción de la pata, la compresión de la almohadilla para la visualización de la uña, la presencia del cortauñas, etc. Así que cuando practiques en casa, no tengas prisas y ve introduciendo los pasos de la manipulación a medida que el gatito los tolera.
 

Limpieza de los oídos: No hay que hacerla si no hace falta. En caso de tener que hacerla, nunca uses bastoncillos. A parte de poder lastimarlo, éstos sólo empujan la cera hacia dentro y hasta pueden generar tapones.
 

Limpieza de los ojos: No hay que hacerla si no hace falta. En caso de secreciones o suciedad, pásale una gasa humedecida con un limpiador ocular sin tocar el globo ocular. Si la secreción está endurecida, no la quites, reblandécela poco a poco hasta que se desprenda por sí sola.

 

Cuidado de la boca: Algunas de las enfermedades más comunes entre los gatos se manifiestan en la boca, por lo que es importantísimo revisar muy bien esta área.
 


Siguiendo estas pautas es muy probable que tu gato nuevo en casa tenga una buena adaptación. La clave es hacer el proceso en forma gradual y respetando sus tiempos, sin forzar ninguna situación y siguiendo todos los pasos con mucho cariño, atención y paciencia. 

Si a pesar de estas claves ves que tu gatito manifiesta algún problema de adaptación, recomendamos que lo consultes con un veterinario/a.

 


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que te ayudará a resolver más dudas sobre este viaje que acabáis de iniciar.

 

 

Bibliografía consultada:

1. Ahola, M. K., Vapalahti, K., & Lohi, H. (2017). Early weaning increases aggression and stereotypic behaviour in cats. Scientific Reports, 7(1), 1-9.
2. https://www.esccap.es/wp-content/uploads/2022/03/ESCCAP-1-6ed.pdf

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